Artículo publicado por el historiador José Ragas en Exitosa Diario - Domingo 14 de setiembre de 2014
"Postrada en una cama, Josefina mira a la cámara y sonríe. Una bala le ha atravesado el talón izquierdo y la obliga a permanecer en el hospital, donde la visitan su esposo y sus hijos. Ella no lo sabe, pero tiempo después tendrán que amputarle la pierna. Su talón ha quedado completamente destrozado y la han sometido a numerosas intervenciones para detener lo que parece inevitable: que la gangrena se extienda al resto del cuerpo. Ella se resiste, inútilmente. Vivirá hasta los 85 años recordando lo ocurrido en mayo de 1960 en Rancas.
Afortunadamente para nosotros, su testimonio fue recogido y ahora podemos conocer mejor a Josefina y el rol que desempeñó en las luchas campesinas contra la apropiación de tierras comunales que ha tenido lugar en estos últimos cien años. Elizabeth Lino Cornejo, antropóloga –más conocida como “La Última Reyna” y por su intensa labor por llamar la atención sobre lo ocurrido con Cerro de Pasco y otros lugares amenazados por la contaminación minera–, ha publicado un bello libro con las palabras de Josefina Oscátegui Córdova titulado Josefina. La mujer en la lucha por la tierra (2014). El libro es acompañado por fotos del álbum familiar de Josefina.
Al igual que Josefina, cientos de campesinos se movilizaron para defender sus tierras. En el caso de Rancas (Pasco), los comuneros lo hicieron contra la ambición de una compañía minera, la Cerro de Pasco Corporation, que se extendía peligrosamente sobre las propiedades de la comunidad, perjudicando la reproducción de su ganado. Por medio de un cerco y la colocación de “rompepatas”, los linderos de las tierras comunales se reducían cada vez más mientras los animales que los cruzaban terminaban con las patas destrozadas. Manuel Scorza encontró la forma de describir estos cercos al llamarlos “gusanos de alambre”.
Enfrentados a esta situación y en total desventaja frente a las autoridades, Josefina y los demás comuneros decidieron pasar a la acción directa y recuperar las tierras usurpadas. Se organizaron, lo discutieron previamente en asamblea y procedieron a la toma en mayo de 1960. Quizás no se imaginaron que la represión sería tan fuerte, y que tres comuneros morirían y varios de ellos resultarían heridos, Josefina entre ellos. Sus luchas han quedado por lo general confinadas al recuerdo y los relatos que se transmiten de padres a hijos, pero ahora gracias a este testimonio publicado podemos conocer las historias personales de quienes como Josefina y otras mujeres y hombres se defienden de la codicia."
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