"Bolognesi en Arica"

"No es digno morir sin ni siquiera saber para qué sirve nuestra muerte"

Bolognesi en Arica es la reciente puesta en escena de Alonso Alegría. Drama histórico que transcurre entre el 26 de mayo y el amanecer del 7 de junio de 1880 y trata sobre las vicisitudes de Francisco Bolognesi y sus hombres antes de la batalla final.

Alegría anota, “casi todos los sucesos de esta obra tienen por lo menos un sustento histórico”; con aquellos elementos nos introduce a momentos y detalles del suceso sobre los cuales seguramente pocos nos atrevemos si quiera a imaginar. Miradas, voces, miedos, lágrimas, sueños y frustraciones. Un trabajo de varios años de escritura, re- escritura e investigación nos presenta en su propuesta aquella humanización que la “historia oficial” ha obnubilado con su recreación de un imaginario plagado de intereses mezquinos, el cual se nos obliga a memorizar en largos mamotretos de fechas y lugares. Sin darnos siquiera la opción de pensarlos de otra manera, no como hombres de acero, como máquinas de pelea que lo tenían todo resuelto, sino como seres humanos con sudor, lágrimas, amores y odios. Esa"historia" no contempla la humanidad y ha creado sus parámetros, estereotipos, clichés en láminas, afiches y figuritas que no corresponden a una realidad que no se quiere que (re)conozca.

Bolognesi en Arica nos abre una ventana para sentir y para pensar esta parte de la historia del Perú de una manera diferente, más humana.

Patria

¿Qué es la patria y que significa para cada peruano y peruana que habita este suelo? ¿Bajo qué concepto de patria partió cada hombre y cada mujer a ser parte de aquella guerra y de todas las guerras? Bolognesi ha sido abandonado a su suerte. Él y su batallón resisten. No hay comunicación. A nadie le importa responder mensajes sino salvar su propio pellejo, vengarse de su propio “enemigo” y mantener a buen recaudo sus intereses. Los políticos no pueden estar mejor representados que en pequeños títeres de voces agudas, trajes bien planchados con comportamientos histriónicos y al borde del delirio. Lejanos y ajenos.

La historia en escena nos involucra a todos y a todas, estamos aquí pareciendo espectadores, pero no es así. Desde que el director nos invita a pasear la bandera conjuntamente con sus actores hasta los momentos de anagnósiris e indignación que vive la joven estudiante desde su butaca- una butaca que también es la nuestra- ya estamos dentro ya somos parte. 
No solo porque la historia narrada por los actores y actrices nos sea “familiar”, sino también, por la propuesta escénica que Alegría ha trabajado. Como espectadores observamos el tradicional “mierda” en el escenario, no en secreto como ritual reservado para el equipo, sino compartido con el público. El juego de la frontera de pasado y presente, la joven interpela al coronel este responde o después de oírla la ignora. La cotidianeidad de la ropa que usan sus actores, con la misma que parten hacia sus casas y no dejan colgado en el vestidor del teatro. El diálogo de la estudiante desde la butaca, preguntando quizá lo que muchos de nosotros y nosotras quisiéramos preguntar al autor sobre esta historia.


Colofón 

Si bien la continua repetición del “viva el Perú” entre los hombres del batallón puede resultar cansina, el himno nacional cantado al final -personalmente- me parece una alegoría acertada como espectáculo en el clímax del momento final de sus vidas. A pesar de ser el himno nacional un elemento patriotero usado repetidas veces y casi sin sentido en múltiples eventos de la vida. En el espectáculo su ejecución me invita a imaginar el abismo y el vacio envuelto por la dignidad en medio del abandono.

De todos los momentos de este espectáculo elijo quedarme con dos.

El primero. Hacia el final del segundo acto, cuando las jóvenes músicas han llegado al morro vestidas de soldados y se encuentran con el teniente coronel argentino Roque Sáenz Peña. Sáenz Peña cuestiona la presencia de las jóvenes por ser ´mujeres´ y estás por ser ´argentino´. Ellas reafirman su derecho de presencia por ser ´peruanas´, después de una pausa Sáenz Peña habla de la ´Patria Grande´. ¿A quién le corresponde qué en cada momento de la historia?

El segundo momento – el que ocurre ocho escenas antes - es el diálogo entre Bolognesi y el joven encargado de los envíos telegráficos, al que todos llaman “telégrafo”. Es un momento muy tenso, es 6 de junio víspera de la batalla final. En escena la profesora relata sobre el ejército chileno, “están convencidos de que toda Arica está minada. Y por eso van a insistir en lograr una rendición mediante el cañoneo”. El cañoneo es persistente de ambos lados. Bolognesi está dictando un mensaje que se enviará a Arequipa, está muy excitado, la tensión se contagia a la platea. Ante la interrupción del joven que toma nota, Bolognesi dice que está seguro que ese mensaje sí será respondido. Pero el joven tiene otro cuestionamiento inimaginado por el coronel, por los espectadores, por la alumna que está siguiendo la historia. Desde la voz temblorosa del joven, frente a frente con el coronel lo oímos decir:

BOLOGNESI
Qué cosas quiere usted decirme, señor. 

TELEGRAFISTA 
Que… que yo no me llamo Telégrafo, coronel. Con todo respeto, coronel. 
 Todos me dicen Telégrafo, pero me llamo Marco 
Álvarez. Marco Álvarez Castelli, señor

Un gran silencio. Ahora nos queda más claro que nunca la humanidad de la que está poblada cada batalla, cada guerra. Esta escena puede ser vista como metáfora al cuestionamiento que se le hace a la “historia oficial”, a la historia aburguesada que proscribe héroes y hazañas, la que ha olvidado la cantidad de microhistorias en los múltiples rincones del país; aquella historia reductiva que blanquea y ´oficializa héroes´ a su antojo. A la que hay que recordarle que cada hombre y cada mujer en todas estas batallas y en la construcción de este país tienen nombre y apellido. No hay máquinas haciendo fríos mandados. Todos tienen una familia, un nombre, una razón para estar allí. Todos tienen una historia y un protagonismo.

¿Hasta cuándo seguiremos poniendo el cuerpo por dignidad y convicción mientras los políticos continúan en sus huidas, con su larga sarta de mentiras y traiciones? Bolognesi en Arica no es una “fuente histórica”, “es un objeto de arte dramático”, como el mismo autor lo anota; es una cautivadora invitación a pensar nuestra historia no como un único y gran discurso sino como un conglomerado de micro historias llenas de humanidad.

Elizabeth Lino Cornejo 8 de julio de 2013

*Fotografía tomada de la pag. de facebook de la Alianza Francesa.
**BOLOGNESI EN ARICA DE ALONSO ALEGRÍA Teatro Alianza Francesa - Dirección: Av. Arequipa 4595 - Miraflores
*** La temporada termina el 15 de julio de 2013

 

Elizabeth Lino Cornejo. Con la tecnología de Blogger.