Florecer

martes, 22 de noviembre de 2016


Hoy conocí a una mujer que está aprendiendo a escribir. Despacio, lento, con gran paciencia traza su nombre. Su rostro revela entusiasmo. En su cuaderno cuadriculado las vocales alcanzan la altura de esos pequeños cajones. Su mano acostumbrada a otras labores durante años se entrega cumplidora al lápiz y a los giros de las letras. Lleva los pies llenos de polvo y el cuaderno en una bolsa amarilla. Tiene la edad a la que posiblemente no llegaré.

Elizabeth Lino Cornejo. Con la tecnología de Blogger.